Hoy quiero hablaros del doble filo que tiene todo esto del poder y crecimiento personal. De todas estas cositas de las que hablamos.

Durante los años que llevo trabajando con estos temas me he encontrado algunos casos de personas que con la escusa de aprender a decir que no, de alejarse de lo que le hace daño o no le gusta acaban huyendo de los problemas y de lo que nos ocurre a todos en la vida.

Ojo, no quiero decir que el alejarse de lo que te hace daño este mal, o aprender a decir no de una manera asertiva sea malo. Por favor, no saquemos las cosas de quicio.

Pero lo que si digo es que hay gente que huye de sus problemas y prefiere no enfrentarse con la realidad porque está más cómoda viviendo en su burbuja.

Estoy segura que conocéis a alguien que alguna vez ha dicho que se encuentra mal y que si estuviera solo todo sería diferente (o con unas pocas personas), o que si cambiara de lugar en el que vive todo cambiaría.

Bajo mi punto de vista, y será éste siempre el que te dé, es que en muchas ocasiones lo que se hace es huir del problema en vez de enfrentarse a él. Si por lo que sea te mudas de vivienda porque tienes problemas (ojo y ya te digo que no estoy generalizando y que cada persona es un mundo), si esos problemas vienen de ti, de la forma en la que te comportas con las demás personas, te aseguro que esos problemas los vas a seguir teniendo con otras personas y te van a acompañar siempre.

Si te mudas de casa porque sientes que tienes que estar en un sitio más abierto (que no dudo que te ayude a sentirte mejor) pero de lo que estás huyendo es de un sentimiento de soledad, me temo amigo o amiga mía que si no sanas y trabajas con esa soledad, te va a seguir acompañando en la china o en la casa a la que te hayas mudado.

Y de igual manera me he encontrado con personas que me dicen… “es que yo estoy hecho para vivir en soledad, yo a mi rollo, sin nadie que me moleste” ¡Claro! Yo también cuando he estado en momentos en los que he estado algunos meses sola porque mi pareja ,por ejemplo, se ha ido a trabajar fuera y tengo que confesarte que he estado “muy zen”, jeje. Pero perdonadme pero tenemos que interactuar con las personas queramos o no.

Y ojo que no estoy hablando de que dejemos que nos traten mal, no, nada más lejos de la realidad. Pero quizás, esa persona que nos dice algo de una forma que no nos gusta, y nos pincha en una heridita, quizás, y solo quizás sería interesante ver en qué heridita me está tocando. Porque todos nos creemos que tenemos la verdad absoluta (esto es un mecanismo de nuestra mente), y cuando nos dicen algo que se sale de nuestros esquemas, que rompe eso que creemos de nosotros (que los que estamos en este camino somos personas “casi perfectas”, que no nos enfadamos, que no nos equivocamos nunca) de repente nos ponemos a la defensiva y no vemos más allá.

De repente ese aprendizaje (que es un poco molesto) nos aparece pero lo rechazamos porque si me molesta esto que me ocurre me separo de ello, porque no lo quiero en mi vida.

Hemos encontrado en esto del poder y el crecimiento, una pila de escusas para mantenernos en nuestra zona de confort, en nuestro comportamiento, en nuestra verdad personal…

Por eso, bajo mi punto de vista, siempre tenemos que estar abiertos a los posibles mensajes o aprendizajes que la vida nos va poniendo. Querer mejorar cada día, salir de nuestra zona de confort, romper nuestros esquemas y seguir siendo la mejor versión de nosotros mismos.

Pero si, tenemos que estar receptivos y abiertos a romper esos esquemas en los que a veces no sabemos ni como reaccionar o comportarnos, porque amigos, nos movemos en base a nuestras carencias o miedos, muchos de ellos inconscientes.

Por este motivo te animo a seguir adelante, a observarte, a que si algo te molesta intentes ver más allá de eso, porque quizás, sólo quizás encuentres un regalo maravilloso.

Te mando un grandísimo abrazo y me encantaría que me dejaras tu feedback

Miriam